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John Candy: Yo me gusto — El hombre bueno que nos hacía reír de verdad

🎬 John Candy: Yo me gusto — El hombre bueno que nos hacía reír de verdad

Hay actores que marcan la historia del cine, y luego hay otros que, sin necesidad de premios ni alfombras rojas, se quedan grabados en la memoria por pura humanidad. John Candy pertenece a ese segundo grupo. No fue el más importante, ni el más aclamado por la crítica, pero —y esto lo digo sin dudarlo— siempre fue uno de mis actores preferidos. Desde la primera vez que lo vi, sentí que tenía “algo” diferente. Y ahora, con el estreno del documental John Candy: Yo me gusto (I Like Me), dirigido por Colin Hanks y producido por Ryan Reynolds, vuelvo a recordar por qué.


🌟 Un gigante amable

Candy no era solo un cómico canadiense de talento; era una presencia cálida, un tipo bueno en el sentido más completo de la palabra. Este nuevo documental —estrenado en el Festival de Toronto y disponible en Prime Video— nos sumerge en su vida a través de imágenes inéditas, entrevistas con su familia y compañeros de rodaje, y una gran cantidad de material restaurado que nos muestra su carácter generoso, tímido y profundamente humano.

El director Colin Hanks (hijo de Tom Hanks, amigo y compañero de Candy en Splash) consigue algo muy especial: retratar la bondad como una forma de arte. A través de los testimonios de Steve Martin, Catherine O’Hara, Bill Murray, Macaulay Culkin o el propio Tom Hanks, uno entiende que todos coincidían en lo mismo: nadie tenía una mala palabra para decir de John Candy. Y eso, en un mundo como Hollywood, ya es un milagro.


🎭 El humor que curaba

John Candy tenía un talento enorme para la comedia física, pero lo que realmente lo hacía único era la emoción detrás de cada gesto. Tenía ese tipo de humor que te hace reír y, al segundo siguiente, te deja con un nudo en la garganta. Quizás por eso Mejor solo que mal acompañado (Planes, Trains and Automobiles) siempre será, para mí, una de las películas más conmovedoras sobre la soledad y la bondad. Cada vez que la veo, esa mirada suya al final —mezcla de tristeza y ternura— me sigue rompiendo por dentro.

El documental toma su título precisamente de una frase de esa película: “I like me” (“Yo me gusto”), una afirmación sencilla pero profundamente humana, que define muy bien quién era él: un hombre que, pese a sus inseguridades, se aceptaba con humor, con ternura, con verdad.


❤️ Un hombre querido, dentro y fuera del set

El film recoge recuerdos de sus hijos Jennifer y Chris, y de su esposa Rosemary, quienes hablan de él con ese tipo de nostalgia luminosa que solo se tiene por alguien realmente bueno. También muestra su enorme sentido de la amistad, su pasión por el trabajo, y su capacidad para reírse de sí mismo antes de que nadie más lo hiciera. Incluso se abordan temas delicados, como la gordofobia mediática que sufrió durante su carrera. Ryan Reynolds quiso mantener algunos fragmentos incómodos de entrevistas antiguas, no para exponer a nadie, sino para mostrar la fuerza de Candy para responder siempre con humor.


🕊️ El hombre detrás del comediante

Candy murió en 1994, con apenas 43 años, de un infarto mientras rodaba Wagons East! en México. El documental no elude ese final abrupto ni sus problemas de salud, pero lo que deja es una profunda sensación de gratitud. Porque más allá del mito cómico, lo que nos queda es el recuerdo de un hombre que dio todo lo que tenía para hacer feliz a los demás.


🎬 Lo que queda después de la risa

Confieso que, mientras veía John Candy: Yo me gusto, tuve esa mezcla de sonrisa y lágrima que solo logran las historias auténticas. Candy me recuerda por qué la comedia también puede ser profundamente espiritual. Hacer reír, cuando se hace con el corazón, es una forma de amor. Y él lo entendía mejor que nadie.

A veces pienso que en el mundo del cine hay grandes estrellas… y luego hay grandes personas. John Candy fue ambas cosas, aunque su verdadera grandeza estaba en su humanidad. No necesitaba ser perfecto: le bastaba con ser él mismo. Y eso, en estos tiempos, sigue siendo revolucionario.


🕯️ Epílogo personal

Ver este documental ha sido, para mí, como reencontrarme con un viejo amigo. Con alguien que me acompañó en tardes de cine, en risas familiares, en momentos en los que solo necesitaba desconectar del mundo. John Candy me enseñó que, a veces, reírse de uno mismo es la forma más sincera de quererse.

Puede que John Candy no figure en las listas de los “mejores actores de todos los tiempos”, pero para mí, es uno de los que más me ha marcado. Porque sus películas, por simples que parezcan, siempre me dejan algo bueno. Y eso —igual que él decía— me hace pensar que sí: yo también me gusto un poco más después de verlas.


“I like me.”

自分が好きだ (Jibun ga suki da)

— John Candy, Planes, Trains and Automobiles (1987)



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