Cuando tenía 19 años, allá por los años 80, descubrí a Herb Alpert gracias a Dani, el crack de la tienda de discos que siempre sabía qué recomendarme. Dani me pasó uno de esos vinilos que parecían sacados de otro mundo, y desde la primera escucha, quedé atrapado por esa trompeta mágica que mezclaba elegancia, frescura y una pizca de melancolía. Años después, aquí estoy, hablando de su nuevo disco, 50, y no puedo evitar sentir una mezcla de nostalgia y emoción al saber que este genio sigue creando música con la misma pasión que me conquistó entonces.
Herb Alpert acaba de lanzar su 50º álbum, un título tan sencillo como simbólico: 50. Y vaya regalo para los oídos. Este disco es una celebración de todo lo que ha hecho grande a este trompetista legendario desde que revolucionó el lounge pop con The Tijuana Brass en los 60. Si cierras los ojos mientras suena el tema de apertura, "Dancing Down 50th Street", puedes imaginarte paseando por una soleada calle de los años 70, rodeado de esas vibraciones cálidas y despreocupadas que solo Alpert sabe evocar.
El álbum es un festín de estilos: desde la sofisticada bossa nova de "Corcovado" hasta una versión cargada de nostalgia de "Sleepwalk". Y ojo, que no faltan sorpresas: ¿Quién habría imaginado un Sh-Boom estilo Tijuana Brass? Herb lo hace, y lo hace funcionar. Cada tema del disco es una mezcla de clásicos reinventados y composiciones originales, todas bañadas en ese toque inconfundible que él ha perfeccionado durante décadas.
Pero 50 no es solo un homenaje a su historia musical. También es una mirada hacia adelante. A sus 89 años, Herb no muestra señales de detenerse. En una entrevista reciente, confesó estar trabajando en dos discos más, uno de ellos navideño. Porque sí, Alpert no solo crea música; vive para ella. Como él mismo dice: "La música es una vibración sanadora que llena mi vida".
Algo que me encanta de este álbum es cómo capta ese espíritu que siempre he admirado en Herb: su habilidad para hacer música que es a la vez alegre y reflexiva, melancólica y reconfortante. Tal como una fan le dijo una vez en Las Vegas: "Su música es optimista, pero de una forma melancólica". ¿No es maravilloso?
El álbum 50 me recuerda por qué me enamoré de la música de Herb Alpert cuando era un joven de 19 años, escuchando ese primer vinilo que Dani me puso en las manos. Es un testimonio de que la buena música no solo perdura en el tiempo, sino que también evoluciona, como lo ha hecho Herb. Hoy, su música no solo me lleva de vuelta a los 80, sino que me conecta con el aquí y ahora.
Si aún no lo has escuchado, ¿a qué esperas? Herb Alpert no solo ha cumplido 50 discos; ha creado un legado que sigue brillando, y 50 es la prueba de que este maestro todavía tiene mucho que decir con su trompeta. ¡Larga vida a Herb Alpert y su música!
El listado de canciones: